5 de septiembre de 2005
Spinetta como Banda Sonora
Lo primero que escuché de Spinetta fue Almendra en Obras, un disco del '80 que juntaba por primera vez, después de casi 10 años, a esa mítica banda argentina. Un registro en vivo que puso mi cabeza en otra parte. Me acuerdo de esos sábado de escucha en 1995, en una casa medio de campo en la que viví muchos buenos ratos. Era un TDK de 90 minutos, prestado por Velasco, uno de los viejos partners de la niñez. Lado A el Flaco. Lado B, un registro de Cat Stevens. Tenía 22 años y el tiempo lo pasaba entre vender créditos automotrices para una de esas financieras que te roban no sólo el dinero si no también la libertad, y drogarme. Entretanto, había tiempo para el existencialismo típico de la edad, el amor, los conflictos, las mentiras, los almuerzos en la casa materna, Cartagena, Zappa y otros varios.
Recuerdo estas cosas mientras veo a Spinetta en el Municipal de Viña. A mi izquierda, Mary, la mujer de toda mi vida. A la derecha, atrás y adelante todo se nubla: quiero decir, no importa.
He visto los últimos cuatro conciertos del Flaco en Viña o Valparaíso: el Polideportivo de Sausalito, en agosto de 2002; Municipal de Viña, otra vez, en mayo de 2004; Carnavales Culturales de Valpo, en diciembre del mismo año y hoy: septiembre, 04, 2005. No sé qué es lo más impresionante. La devoción con que un público súper heterogéneo en edades observa el show, la siempre sólida puesta en escena sin importar quiénes sean los músicos que acompañan al rock star, o el congelamiento que me produce escuchar en vivo todas esas canciones que he devorado desde hace 10 años.
Hoy he vuelto a pegar fragmentos que se hacen imagen a partir de esas canciones. Fragmentos que son históricos. En la dura. Los que tengan esta onda medio dependiente y obsesiva con la música podrán entenderlo. Demás.
Resumen Porteño, loco, de Bajo Belgrano. Constituyente puede ser la palabra (hablo de mi historia escuchando a Spinetta). Debe ser el primer tema que conocí de la era Jade. Ochentero, sonido bien pop, pero cargado de una lírica bien directa, lo que no es tan usual en Luis. Muy power aquí.
A Starosta, el Idiota. Artaud 1973. Mientras Chile se caía a pedazos, al otro lado de la cordillera los argentinos cargaban la posteridad, de otra forma, con este inmenso disco. Escucharlo, acá, bajo la impronta de un tremendo Cardone en los teclados y con la voz del Flaco, igual a hace 22 años, es increíble. En casa todavía vive el primer Artaud que conseguí. Otra cinta doble con A 18' del Sol, por el anverso.
Termino con Camalotus, lo último que conseguí hace unos tres días. Lo había escuchado unas tres o cuatro veces en la pega. En vivo suena mejor aún. Había dicho para Radio Placeres, donde hago algunos comentarios de música, que este EP de cuatro temas tenía mucho de otro disco de Spinetta: Fuego Gris. Me quedo con la misma impresión sólo para un par de temas. La diferencia es que en Fuego Gris, que es la música para una peli argentina del mismo nombre, Luis toca todo: teclados, bajo, percusiones electrónicas y por supuesto la guitarra. En Camalotus la cosa es con banda y se nota, sobre todo en vivo. Hay que escucharlo.
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1 comentario:
buena partida, tío. Esto es fucking adictivo, te lo advierto. Y sí: yo fui el año pasado también a ver a spinetta. Cool. lo-fi. Impeque. spinetta como un oasis. letras psico-nostálgicas. Nada mal. un abrazo.
a.
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